Especiales
Perejaume siempre ha sentido fascinación por el poder chamánico de la mímesis. A través de la escritura, de la práctica artística y de interminables caminatas por su entorno natural, el artista ha ido trazando sus particulares relatos paisajísticos, a medio camino entre la figuración, la imaginación y la reflexión teórica.
De las clasificaciones obsesivas a las antipinturas, de la reflexión constante sobre el papel del espectador a las modificaciones imperceptibles, la obra de Ignasi Aballí es a la vez hermética y cercana. Un equilibrio delicado entre concepto y forma que bebe de la cotidianidad, de la literatura y del cine para hablar de ausencias, filtros, ficciones y límites.
La obra del compositor catalán Josep Maria Mestres Quadreny es un interesante esfuerzo para dejar atrás los moldes del pasado mediante una postura estética y metodológica que durante la segunda mitad del siglo XX le colocó a la vanguardia de la nueva música en Europa.
En la obra de Àngels Ribé el espacio, la naturaleza y el propio cuerpo devienen elementos articuladores de una poética de la fragilidad basada en la desenfatización del objeto artístico, el uso de materiales poco convencionales y la reivindicación de lo efímero.
Kristin Oppenheim utiliza las propiedades dramáticas de su propia voz para articular unas instalaciones sonoras y visuales que envuelven al espectador en ambientes hipnóticos plagados de relatos potenciales.