MEMORABILIA. COLECCIONANDO SONIDOS CON…
William Bennett. Parte I
Producido por Roc Jiménez de Cisneros
Desde sus comienzos, la carrera de William Bennett ha esquivado la simplicidad de la transparencia en favor de una doble o triple lectura que invita a seguir tirando del hilo.
El nombre de Whitehouse, el grupo que fundó en 1980, surgió como doble tributo sarcástico: por un lado, en referencia a la activista ultraconservadora Mary Whitehouse, y por otro, a una revista pornográfica del mismo nombre publicada en el Reino Unido en la década de los setenta. Aunque ese es tan solo un ejemplo, la presencia del subtexto es una constante a lo largo de una trayectoria que funciona casi como un test de Rorschach audible.
El corpus artístico de Bennett es un entramado de mitos, tabús y bestias negras concebido para sacar al espectador (a veces por la fuerza) de su zona de confort natural. No solo a base de ruido, sino de metáforas, de símbolos y de usos pervertidos del sonido y de la palabra. Y esta particular forma de entender el acto creativo o la catarsis colectiva se refleja, casi punto por punto, en las respectivas obsesiones de Bennett como coleccionista musical.
A pesar de las enormes diferencias de contexto cultural, marco temporal e incluso funcional, sus cuatro principales áreas de interés (la vanguardia del siglo XX, el italo disco, las bandas sonoras, y la música de percusión del oeste de África) esconden numerosas claves que iluminan desde varios ángulos el hermético universo musical de Bennett, así como su forma de concebir el propio acto de coleccionar.
Lejos de la mera acumulación de objetos, su acercamiento a la colección implica un meticuloso proceso de constante purga y renovación en pos de eso que él mismo denomina «pureza», o lo que, en una referencia directa a Whitehouse, podríamos llamar «ascetismo». Porque esa actitud de reduccionismo radical que sobrevuela buena parte de la obra de William Bennett, preside también una colección musical increíblemente variada pero tremendamente coherente, en la que la nostalgia cobra tintes de investigación arqueológica.
Igual que las diez láminas del test de Rorschach, la colección del artista británico hace aflorar inquietudes, fijaciones, y toda una forma de entender la música como proceso cultural y humano.
William Bennett. Teaser
Esta selección musical se publicó como anticipo de la sesión de MEMORABILIA. Coleccionando sonidos con... William Bennett, que tuvo lugar el 1 de abril de 2011 en el MACBA.
Ed Veenstra. Parte I
El holandés Ed Veenstra colecciona toda clase de objetos musicales de artistas plásticos que en algún momento de sus carreras han trabajado en el medio sonoro. Se trata de discos, pero también de lo que él denomina antidiscos, formatos extraños, imposibles e inclasificables, que se aproximan al objeto desde una perspectiva radicalmente distinta y trascienden las funciones tradicionales del soporte discográfico.
Ed Veenstra. Parte II
Selección musical de algunas de las joyas secretas de la colección sonora de Ed Veenstra, especializada en Broken Music (música hecha por artistas plásticos), discos objecto, antidiscos y otras rarezas.
Transcripción de la conferencia "Musical homeostasis: music not just to be heard" a cargo de William Bennett.
Conversación con William Bennett sobre su colección sonora.
Esta es una conversación por email con William Bennett (Whitehouse), que tuvo lugar en marzo de 2011, para preparar un monográfico sobre su colección sonora.
William Bennett. Parte II
Selección musical de algunas de las joyas secretas de la colección sonora de William Bennett, centrada en música de percusión de África del oeste.
Escenas eliminadas
Recuperamos fragmentos inéditos de la entrevista con el coleccionista sonoro William Bennett que no pudimos incluir en su momento.