FONS ÀUDIO #28
Joan Fontcuberta

Hay fotógrafos que exploran el mundo con la cámara. Joan Fontcuberta prefiere explorar la cámara para descifrar cual será la imagen del mundo que esta nos dará. En 1978 se licenció en Ciencias de la Información por la Universitat Autònoma de Barcelona. Para ese entonces, Fontcuberta tenía además la mirada bien entrenada en las argucias de la imagen publicitaria, pues su padre dirigía una agencia que él frecuentaba desde niño.

Uno y otro sistema de representación –el documental y el publicitario– se le antojaban al artista engañosos. Por eso, tras una breve incursión en el campo del fotoperiodismo, se lanzó a investigar los modos en los que el medio fotográfico le iba a permitir deconstruir la ilusión de realismo y veracidad que nos ofrecen los medios. Todo ello sucedía en el contexto de una Barcelona recién salida de la dictadura, en la que una activa generación de fotógrafos luchaba por levantar los cimientos de una nueva fotografía de raíz conceptual, discurso crítico y espíritu posmoderno, muy en sintonía con la que se estaba dando en otros lugares de Europa y Estados Unidos.

Junto a Fontcuberta estaban Josep Maria Casademont, Toni Catany, Manel Esclusa, Pere Formiguera, Jordi Guillumet, Manolo Laguillo o Humberto Rivas, entre otros; fotógrafos que llevaron a cabo una labor multidisciplinar –eran creadores, docentes, historiadores, editores y promotores– gracias a la cual la fotografía del Estado español conquistó un nuevo estatus cultural, artístico e institucional. Eran los años de las Jornades Catalanes de Fotografia, la Primavera Fotográfica de Barcelona, la revista «Nueva Lente» o «Photovision» (de la cual Fontcuberta fue co-fundador, en 1980, y redactor jefe hasta 2001).

Desde entonces, la obra de Joan Fontcuberta ha continuado poniendo en duda la verosimilitud de la imagen y su capacidad para representar y suplantar el mundo real, y, a la vez, cuestionando los límites siempre porosos entre la realidad y la ficción. A Fontcuberta le interesan las funciones sociales de la fotografía, el uso público de la imagen, la intoxicación de la información y los procesos de producción y transmisión del conocimiento. Y para diseccionar todas estas operaciones, pone marcha un discurso crítico y paródico con el que pretende activar la conciencia y capacidad de análisis del espectador, otorgándole espacios para la reflexión y la duda. La duda, sostiene Fontcuberta, es una herramienta de la inteligencia.

Su uso del fotomontaje, el collage y otras técnicas de manipulación de la imagen, en los ochenta y noventa –en obras como Herbarium (1982), «Fauna» (1989), «Sputnik» (1997) o «Milagros & Co» (2000) –, ha ido dando paso, con el cambio de milenio, a la utilización de las nuevas tecnologías y herramientas digitales –»Googlegrames» (2005), «Deconstruir Ossama» (2007) o «Monumentalalbum» (2012)–. Desde finales de los ochenta, Fontcuberta ha expuesto regularmente en numerosas instituciones de ámbito internacional: Museum Folkwang de Essen, MoMA de Nueva York, The Art Institute of Chigago, IVAM de Valencia, MNAC de Barcelona, Parco Gallery de Tokio o Fotografins Hus de Estocolmo.

Entre sus textos teóricos destacan: «Estética fotográfica» (1982), «El beso de Judas. Fotografía y verdad» (1997), «Ciencia y fricción. Fotografía, naturaleza y artificio» (1998) y «La cámara de pandora. La fotografí@ después de la fotografía» (2010), por el cual le fue concedido el Premio Nacional de Ensayo (2011). También ha sido galardonado con el Premio Nacional de Fotografía (1998) y con el Premio Internacional Hasselblad (2013), por el conjunto de su carrera profesional.