01/06/2011 9' 20''
Catalán

Pep Duran forma parte de una generación de artistas catalanes que eclosiona a mediados de la década del ochenta, después de un largo período de dominio de la representación pictórica. Frente a ello, Duran reivindica la eficacia poética del objeto cotidiano y la influencia del teatro en la creación de las nuevas ficciones del arte contemporáneo.

Duran estudió Escenografía y Figurinismo en la Escola Superior d’Art Dramàtic de Barcelona y se estrenó profesionalmente de la mano de Fabià Puigserver. Por eso no es de extrañar que, en lo que a influencias se refiere, se declare más en deuda con dramaturgos como Tadeusz Kantor o Antonin Artaud y arquitectos como Paolo Soleri que con otros contemporáneos suyos del ámbito de las artes plásticas.

En 1978 realizó su primera exposición en la Galeria Adrià y apenas un año después expuso sus célebres "Sabates" en el Espai 10 de la Fundació Miró, despertando con ello el interés del crítico Alexandre Cirici Pellicer, que le dedicó una crítica en Serra d’Or. Desde entonces arte y teatro no han dejado de alternarse en su carrera. Las piezas más propiamente objetuales de los inicios han ido dejando paso a composiciones cada vez más arquitectónicas.

Duran aboga por un espectador-actor activo que esté dispuesto a transitar sus obras cargándolas de significados personales e intransferibles. Apasionado coleccionista de objetos, a los que suele recurrir durante el proceso creativo, su producción artística está asimismo indisolublemente ligada al uso de materiales de desecho o de container, como él suele afirmar.

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